Iñaki Bergera
La crisis económica en España conllevó, entre otras cosas, el cierre y el abandono de prometedoras y excelentes instalaciones concebidas para satisfacer a una cierta demanda de entretenimiento lujoso durante aquellos felices años de bienestar y abundancia. La ambiciosa restauración del viejo Balneario de Panticosa, situado en el corazón de la vertiente española de los Pirineos, y su transformación en un moderno centro turístico se desvaneció repentinamente, produciendo, por ejemplo, el cierre temporal del Gran Hotel diseñado por Rafael Moneo, el brusco final de la construcción —cuando estaba a punto de ser terminado— del Centro de Alto Rendimiento Deportivo, diseñado por el portugués Álvaro Siza o el abandono de un ponente edificio de aparcamientos anclado en la montaña. Las imágenes de este último complejo seleccionadas para la muestra de Venecia, muestran fielmente esta triste realidad y sugieren una diferente narrativa visual del espacio arquitectónico, no tanto por la construcción misma de la imagen, sino por el contraste entre la naturaleza y esencia originaria del espacio arquitectónico y su imprevisto estado ruinoso.
Panticosa, Huesca. Diciembre de 2011 – Noviembre de 2014